En cierta ocasión me hallaba haciendo mis compras en el mercado de la zona, cuando llegué al puesto de cereales la vendedora escuchaba a una señora de apariencia refinada que se quejaba acaloradamente de su hijo adolescente, del cual no dejaba de repetir que era un tapudo, un malcriado por no pensar como ella sobre política.
En ese momento la vendedora dijo uno de los mejores consejos que he escuchado: “Señora, usted tiene que entender que cuando los hijos crecen ellos forman su propia mente, no toda la vida van a pensar como usted, y si quiere que él la escuche, deje de regañarlo por cada cosa”.
Hay padres a los que les cuesta aceptar esto, que sus hijos no serán réplicas de sí mismos, que irán formando su propia forma de pensar y para seguir siendo personas vigentes en sus vidas, se debe aprender a escucharles.
Las publicaciones de este blog están tomados del libro «PAUSA». En él podrás encontrar artículos no publicados en la web.