Matriarca sin querer.

El papel de madre mucha veces implica tener pensamientos que, aunque parecen nobles, pueden terminar siendo trampas; examinemos algunos de ellos: “una madre apoya incondicionalmente a sus hijos sin importar las circunstancias, si está sola debe sacarlos adelante, siendo siempre dulce y suave”.

Esta serie de ideas mal aplicadas, termina muchas veces en una escena en la que la mujer, ya en la adultez mayor; ha trabajado toda la vida para hijos que no trabajan, que llevaron a sus esposas a vivir a su casa, y no han tenido reparos en darle nietos, sin posibilidad de retiro ni pensión, condenada a mantener una familia de la que ella sin darse cuenta se ha convertido en matriarca.

Las mujeres merecen un retiro digno, vivir una ancianidad digna, porque eso de que ya adultos los hijos; les mantengan, a ellos, a sus parejas y a sus hijos, es mínimo, una ingratitud.

 

Las publicaciones de este blog están tomados del libro «PAUSA». En él podrás encontrar artículos no publicados en la web.