A las personas se les entrena socialmente para comportarse y sentir de ciertas formas, muchos de esos comportamientos y sentimientos, al ir creciendo, se perciben como naturales, es decir, como que por instinto se hacen. A las mujeres, desde niñas, se les enseña que su realización personal está irremediablemente atada a ser ama de casa y madre de familia.
La consecuencia de este entrenamiento es que aparecen necesidades como la de ser mamá; la cual suele acompañarse de pensamientos al estilo de “si no tengo un hijo, me quedaré sola”. Y aunque no se puede generalizar ni juzgar todos los casos por igual, la tendencia que se examina en clínica psicológica es que en tales casos los hijos son percibidos como objetos, como cosas de la que se es dueña.
La maternidad es uno de las manifestaciones más puras de amor, y el amor comienza por percibir al otro como un ser, no como un objeto.
Las publicaciones de este blog están tomados del libro «PAUSA». En él podrás encontrar artículos no publicados en la web.