Controlar o destruir.

Ante el dolor que nos producen diversas decepciones en nuestra vida podemos aprender una multitud de formas de prevenirlo en el futuro, sin embargo no siempre son sanas; una de estas es tomar la decisión de “controlar o destruir”.

Esto consiste en querer controlar de una forma u otra las relaciones significativas de familia, de amistad y de pareja; este control se manifiesta con celos desmedidos, desprecios y chantajes emocionales (enojarse demasiado por cosas mínimas, causando a la otra persona de no quererle). Cuando alguien sale del control, la opción que queda es hacerle daño (destruirle), por medio de insultos, sabotajes de todo tipo y, en el peor de los casos, violencia física (incluso la muerte), esto le trae sufrimiento a todos, incluso al que hace estas cosas.

Para acercarse a la felicidad es importante, primero, aprender a controlar los impulsos que empujan a hacer estas cosas, y luego, sanar esas heridas emocionales.

Las publicaciones de este blog están tomados del libro «PAUSA». En él podrás encontrar artículos no publicados en la web.