Las pruebas de amor pueden ser variadas, hay unas que son sanas, y otras que no lo son; es importante aprender a distinguirlas porque la forma en que demostramos el cariño o lo pedimos puede ser clave del por qué muchas veces nuestras relaciones no funcionan.
Las pruebas sanas son aquellas que se dan libremente, sin presiones; y que habitualmente contribuyen a un ritmo adecuado; aspectos como detalles, gestos, emprender un proyecto juntos, son los más habituales.
Las pruebas que no son sanas son aquellas que pueden terminar siendo peligrosas para uno y que generalmente son por solicitud (a veces por presión); como las que tienen que ver con dinero, conductas sexuales de riesgo, perder contactos sociales y familiares, etc.
Si en la relación existe amor y confianza, entonces no será necesario exigir a la otra persona pruebas de amor que le dejen expuesta, porque entonces, no es amor, sino una relación de dominio y sumisión.