Algunas personas tienen la costumbre de preparar propósitos al inicial un año nuevo, puede ser un logro académico, laboral o personal; aprender inglés o cocinar, cambiar de empleo y ganar más, conseguir pareja o lograr vivir en paz, son de las más frecuentes de escuchar.
Es una tradición positiva que forma parte de nuestras fiestas, pero, como cualquier tradición, pierde efectividad cuando se olvida el sentido que tiene; así, muchos llevan años diciendo los mismos propósitos, llegando incluso a hacer chiste de eso.
Lo bueno de los propósitos es tener metas en las que nos enfocaremos por lograr en el transcurso del año nuevo. Al hacer tus propósitos, piénsalos como metas realistas, que dependan en mayor medida de ti y que los puedas cumplir en un plazo de doce meses. Define planes de acción para lograrlos y sobre todo, ocúpate de ellos desde el primer día.
Las publicaciones de este blog están tomados del libro «PAUSA». En él podrás encontrar artículos no publicados en la web.